miércoles, 18 de agosto de 2021

 

IDEAS PARA ESTIMULAR LA LECTURA EN NUESTROS HIJOS

Recuerdo que desde bien pequeñita, mi hija tendría sobre el año y medio más o menos, cuando nos poníamos a jugar teníamos al alcance libros. Libros con figuras geométricas, con números, con páginas completas muy coloreadas o sin colorear, con pictogramas. Y los seguimos teniendo.

En un momento del juego alcanzaba un libro, hacía una especial atención al dibujo, leía el título y leía las pocas palabras que habían colocando el dedo sobre las mismas intentando también, captar su atención hacia ellas.

Para mí era una forma de hacerle entender que lo que veía tenía relación con “las otras formas” que completaba la página.

Hasta que fue más autónoma, todos los días teníamos ese momento de lectura. Igualmente, inventábamos cuentos a la hora de ir a dormir.

Comentar que nuestra lectura favorita fue, es y será “La princesita del prendedor” de Rubén Darío (de mi libro de lectura de EGB)

En breve cumplirá quince y es tremenda “devorando” libros.

Lo que empezó como un juego, como un entretenimiento, acabó siendo un hábito.

Estoy más que segura que el método para captar su atención ha tenido mucho que ver con el resultado obtenido, el hábito lector.

Dicho esto, comparto unos puntos como guía y una recomendación.

ü Dedicar tiempo a nuestros niños es esencial. Además de ayudar a crear ese momento tan especial, se induce al hábito. En un mundo donde parece que todo va tan acelerado, (recordar que, ayer mismo, algunos estábamos cambiando pañales) deberíamos valorar si esos diez, veinte minutos merecen la pena. Aun estando cansados, reventados del día, ese momento donde les acompañas hasta el sueño compartiendo una poesía, un capítulo de un libro, un cuento breve, es extraordinario.

ü Poco a poco te irá indicando qué tipo de lectura le llega más. Te veo buscando cuentos de similares características, o quizá, cambiando alguna circunstancia o personaje. Puede que, el final también lo condiciones al estado emocional o al momento en el que compartes la lectura. Con el tiempo y su autonomía irá determinando sus gustos literarios.

ü Los “filtros”. Es aconsejable comprobar que edades comprenden los libros que adquirimos. Pedir consejo sería una buena idea en caso de ir un poco perdidos.

 ü Ya tenemos una orientación de sus gustos. Es hora de hacerles partícipes en la elección de “qué leemos hoy”. Proponer, recomendar y dejarle elegir les hace sentir implicados en el proceso y estar más dispuestos a participar.

 ü Vamos a jugar leyendo. Protagonizar en momentos determinados uno de los personajes por ejemplo provocando onomatopeyas, dibujar o bien leer a los juguetes. No es leer por leer. Es poner todo el entusiasmo que se pueda dramatizando los personajes. Qué mejor que proponer la lectura en un espacio y tiempo determinado. Además de ser constantes para poder crear hábito lector.  

 ü Estimular sin presionar. Considerando que no todos los días son iguales, nuestros estados emocionales y los de nuestros hijos varían. Si un día no se puede, no se puede, sin imponer ni presionar. Cuando nos imponen,  más que acercarnos nos aleja.

 ü Asociar libros, personajes, historias a un momento determinado.

 Recomendar, dar ejemplo. Es sabido que nuestros hijos son nuestro reflejo. Absorben acciones, nuestras   expresiones verbales y no verbales, nuestra forma de relacionarnos con los demás. 

 Qué mejor ejemplo, que nos vean leyendo.

jueves, 12 de agosto de 2021

DESAPEGO POR AMOR

En el transcurso de una conversación, una amiga comentaba lo agradecida que estaba por haber decidido practicar el desapego.

Hacía alusión a lo que inicialmente esperaba y en qué manera le afectaba pertenecer a un grupo en el cual había puesto muchas ilusiones y, trataba de describir lo que sentía tras comprobar que, pasado un tiempo, las perspectivas no coincidían con la realidad que percibía.

La necesidad de apego emocional venía en cierto modo “impuesta” ya que la pertenencia a dicho grupo estaba condicionada a un fin común.

Comenzó a darse cuenta de que el apego no era sano, que le producía desasosiego. Se sentía perturbada por algunas de las acciones y sobre todo por comentarios de varios componentes del grupo.

Emocionalmente se sentía frustrada. La diferencia entre lo que esperaba y lo que realmente sentía, “era frustrante” repetía.

Reiteraba: “decidí practicar el desapego” y con una sonrisa reafirmaba “no sabes lo que me alegra haber tomado la decisión de practicar el desapego”

El desapego es un acto de amor propio donde soltamos todo aquello que nos produce dolor. Es liberarnos de esas ataduras que nos producen miedo, que nos complican la existencia impidiendo vivir el aquí y ahora.

El desapego es ganar en salud.

Nos ayuda a ser conscientes de lo que tenemos, de lo que somos y poder vivir sin ese miedo a la pérdida y el sufrimiento.

Nos abre la puerta a realizarnos sin duda al éxito o el fracaso.

Soltar todo aquello que no te proporciona bienestar es un acto de amor.

Saber reconocer qué y por qué nos aferramos, nos atamos a objetos o estados emocionales y soltar, es un acto de valentía.

Hay que tener coraje y la mente abierta para reconocer qué es y de qué manera nos afecta.

En qué grado nos “ata” y cuáles son las consecuencias.

Hay que tener valor para decidir hasta cuándo y tomar una decisión.